Hola,
sí, voy tarde con esta entrada, pero es que ha sido un final de proceso muy bestia, contando con el concierto en Luz de Gas de ayer, del que haré un post exclusivo.

En cuanto a los días 14 y 15, es decir 26 y 27 de julio, pues han sido dos días de sentimientos contradictorios y, a la vez, lógicos: alegría y tristeza. Alegría, obviamente, porque el disco está casi acabado. Nos falta cerrar un tema: Move It, que es completamente distinto al resto, casi todo sintetizadores y tenemos que verlo con más tiempo. Pero el resto de canciones, el resto de mis queridas niñas están acabadas a falta de una revisión final que haremos durante el mes de agosto, cada uno por su lado, Tomàs, Luis y yo, para ver si falta algo, si hay que retocar algún volumen y pequeñas cosas, porque los temas  suenan maravillosos y, por último faltará el master. Una vez esté, si yo ya me he puesto con el diseño, pues intentaré sacarlo lo antes posible. Además, vino Oriol Guerrero a grabar unas deliciosas flautas traveseras, así que todo genial. Mezclas que han ido saliendo solas, que nos marcaban el camino a seguir, que fluían y que nos han permitido valorar algunas opciones para que suenen lo más maravillosas posible. La tristeza, pues porque al final, esto es como estar de colonias/convivencias. Hemos estado con Tomàs unas 10 – 12 horas juntos durante 15 días, con Luis salvo algún día, también y con todxs lxs musicazxs que han pasado por el estudio a aportar, de una manera u otra, su arte para que mis niñas se hagan mayores. Vuelta a la rutina, al trabajo, a… jejeje, ponerme a componer otra vez, ahora para el sexto disco (que sigo con la idea de que sea rockero). En fin, un maravilloso proceso que lxs que hacemos música podemos disfrutar, menos de lo que quisiéramos, como lo mejor de nuestras vidas.
Mil gracias a lxs que habéis participado y a quien quiera escuchar esas cosas que se me ocurren, que con Tomàs y Luis damos forma y con el resto de músicxs redondeamos.

Besos, abrazos y achuchones varios,

Edu